martes, 3 de abril de 2012

EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD LEVÍTICA (Baltasar Magro) 02

     "Recordad a Pico della Mirandola cuando escribió: <<No te he hecho ni celeste, ni terrestre, ni mortal, ni inmortal, a fin de que tú mismo, libremente, a la manera de un buen pintor o de un hábil escultor, remates tu propia obra>>. Cada uno de nosotros debe ser su propio maestro, no lo olvidéis" 
     Con estas palabras el caballero de Seingalt se despedía de su amigo y confidente masónico, Adolfo Mendizábal.
BM nos lleva a Toledo para verlo, caminarlo, intrigarlo, descubrirlo, cortejarlo y sentirlo con los ojos, los pies, la audacia, el galanteo crepuscular y el espíritu de Giacomo Casanova. Haciendo un homenaje a aquellos hombres de estudios, apasionados, que cayeron en el olvido como las cenizas de tantas bibliotecas hechas quemar; tributo especial a la figura de Juanelo Turriano.

     Y ¿por qué indagar sobre este enigmático personaje desde Giacomo Casanova?, yo creo que ha sido una manera magistral de acercarnos al genio cremonés. En el libro El Círculo de Juanelo lo hacía desde nuestra época contemporánea, y ya nos quedó claro que lo que aquel hombre hacía no eran artificios sino ingenios, trabajos que abarcaban ciencia, artesanía, matemáticas, cábala, astronomía, humanismo.
Sin embargo este libro nos pone en un punto intermedio de la Historia. Estamos en la convulsa época europea previa a la Revolución Francesa. Es decir la agitación política, conspiradora, en Europa, está en ebullición, y exponente de estas nuevas ideas es Casanova. Un hombre hoy, del siglo XXI, medianamente instruido, con alguna inquietud, enemigo de la mediocridad, está más cerca de la apertura de mente del aventurero veneciano que de la mayoría de nuestros paisanos en aquella época. Creo que el acierto reside ahí, en que ser G. Casanova por Toledo con su misión, te atrapa desde el principio porque sientes en primera persona el vértigo en el que vivía intensamente GC. Y reside también en perfilar con brillantez a un hasta ahora estereotipado y acartonado arquetipo de galán. Cuidado, no se inventa el personaje. Sigue mostrándonos a alguien con un carisma, arrebatador para las mujeres e inquietante pero atrayente para los hombres,  pese a su edad. Sin embargo vemos más cosas (yo desconocía casi todo de él, salvo lo típico y tópico), como su influencia política, su importancia en las altas esferas, aunque todo se hiciera mediante los Hermanos de las logias, verdaderos peones o incluso alfiles de un tablero de ajedrez sumamente complicado (Qué curioso, el poder religioso siempre se ha relacionado con el alfil en el ajedrez, por su forma de proceder taimada, diagonal e incisiva en ganar poder e influencia. Sin embargo creo que cuando un masón de aquella época actuaba como alfil, la forma de intrigar era muy parecida a la religiosa, aunque el fin fuera casi siempre distinto. Unos era oscurantismo, los otros filantropía).

     Dice GC de J. Turriano en el libro: "Hablaba escasamente y cuando lo hacía expresaba cosas bellísimas, como cuando dijo que los príncipes estaban privados de algo apreciado y amado por cualquier hombre, a saber: de que se les dijera la verdad, de ver la aurora y de sentir alguna vez hambre..." 
Posiblemente sea una de las joyas que forman el tesoro de este libro, estos cuatro renglones, que no serían nada sin el magnífico entramado que ha urdido BM.
Estaba pensando en qué escena (digo bien: escena, es un libro en el que es muy fácil imaginarte cada pasaje como una emocionante película de época), destacar aquí en el blog... es difícil, y podrían ser varias las que rescatar, pero hay una... hay una que me parece de una maestría especial, por cándida, íntima, incluso algo bucólica, pero con una voluntad de seducción absoluta por parte de Giacomo... es en la que él se acerca casualmente a los alrededores del Colegio de las Doncellas Nobles, donde tienen un rato libre estas chicas (me recuerda a cuando ves una excursión de adolescentes por Toledo y tienen ese rato de calma que no hay ningún adolescente tramando nada), y entabla conversación con una de las residentes en el citado Colegio... Hay un clima, una atmósfera, cuando empieza a llover, que es lo que hace que un libro te haga olvidarte de que estás en tu casa sentado en un sillón, y seas tú el que se encuentra allí, en el corazón de la ciudad Levítica.

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