sábado, 25 de enero de 2014

LA TARDE PERFECTA DE JOSÉ TOMÁS (Simon Casas)



No compré el libro porque el prólogo lo hubiera escrito Andrés Calamaro. Ya tengo dos libros sobre José Tomás, Un torero de leyenda de Carlos Abella y Luces y Sombras de Javier Villán.
         No iba buscando literatura, que me perdonen prologuista y autor. Con José Tomás pasa algo más. No voy a entrar a defender el toreo de José Tomás: la tauromaquia tiene arte (en el cual, aunque no entiendo, sólo gusto de perderme en él) pero también tiene ciencia, datos, categorías, experiencia, pasado, tradición… y eso no se aprende en dos días; seguiremos yendo y leyendo al universo taurino para seguir aprendiendo.
         Fui buscando complicidad, una lectura de lo que vivieron dos piratas aquella tarde (mañana luminosa de pañuelos blancos y uno naranja), estar sin estar en Nimes por mano, boca, letras de Simon Casas y Andrés calamaro. Creo que Andrés ha entrado en un mundo profundo, de amistad de toreros y otras gentes del toro, donde se siente bien, agradecido, honrado… y este prólogo le vino grande. Lo supo desde que se puso a ello, no sé si por encargo o por propia voluntad, o ambas cosas, pero sabía de su responsabilidad y que esto no era una broma. Le salva el corazón. Pero a Simon Casas le pasó lo mismo, tal vez con una inocencia menor, por edad, por recorrido taurino, por experiencia; pero sabe que este libro es un reflejo, un testimonio, vital (y esto es importante) de lo que supone el toro, José Tomás y el milagro de Nimes.


        No puedo, ni quiero descubrir el final del libro, sólo diré que merece la pena leer los chispazos de Andrés en el prólogo, y la vida de Simon Casas, la pasión de ambos, para acabar emocionado con las palabras del francés, cuando metaforiza toro y filosofía, vida y trascendencia, como ese momento raro de la tarde anochecida cuando ves a un hombre dar la vuelta al ruedo, y tú no lo conoces a él, ni él a ti, pero todo se entiende de una vez.