miércoles, 25 de diciembre de 2013

TRAFALGAR (Benito Pérez Galdós)

De entre todas las películas que no se rodaron ni se van a rodar (deseando queda uno de comerse estas palabras en una sala de cine) está la de Trafalgar, entre otras muchas basadas en nuestra Historia que no ha interesado hacer.
No digo que se tome al pie de la letra a Galdós, pero sí que se le reconociese algún valor, y que parcialmente basado en él, así como en otros libros y estudios, se rodara una película con Gabriel Araceli escuchando a Churruca en casa de doña Flora de Cisniega, la prima de su amo Alonso en Cádiz, antes del desastre.
Un director que se ciñera a la verdad, pero que la atmósfera fuera galdosiana. Bonito sería, en palabras de aquel Gabriel.
“…los méritos de Churruca como sabio y como marino eran tantos, que el mismo Napoleón le hizo un precioso regalo…” oyó decir Gabriel a doña Flora y don Alonso. Creo saber qué regalo es éste, uno que se puede ver en el museo Naval de Madrid.



El principio de la inexistente película es un niño-adolescente paseando por el museo con sus compañeros de instituto, que se sale del grupo y se queda escuchando lo que un guía explica de aquel regalo de Buenoenparte a Churruca. Aunque mejor que un guía, puede ser otro chaval de su mismo grupo el que se entretenga delante del par de pistolas de duelo, hablando con desgana y chulería sobre lo que dice Galdós en Trafalgar sobre el tema, lectura que ha disfrutado y sin embargo no deja que el entusiasmo asome, por el qué dirán, la adolescencia básicamente es eso.


El chico, el Gabriel del siglo XXI de 15, 16 ó 17 años, sale del museo con sus compañeros, y de vuelta a Atocha (han venido en tren), el profesor les guía de vuelta por detrás del Prado y del jardín botánico para desembocar en la Cuesta Moyano, y mientras la mayoría del grupo se sienta en los horribles bloques de granito que hay enfrente, que hacen la función de incómodos bancos; mientras el resto de chicos y chicas pelan la pava, unos pocos y pocas se dedican a hojear libros, entre ellos nuestro Gabriel moderno busca el primer Episodio Nacional.







        Hablemos algo del libro: "Ante el cadáver del malogrado Churruca, los ingleses, que le conocían por la fama de su valor y entendimiento, mostraron gran pena, y uno de ellos dijo esto o cosa parecida: Varones ilustres como éste no debían de estar expuestos a los azares de un combate, y sí conservados para los progresos de la ciencia de la navegación", me gusta pensar que Galdós escribiera esto porque de pequeño escuchara a algún superviviente de la batalla, y en casa de sus padres, delante de un café y una copita de aguardiente, un marinero contara esto. Galdós nació en 1843 y podría ser, por fechas no es imposible.

        Tras la batalla, Gabriel está muy lejos de Cádiz y recorre el camino de vuelta con un marinero francote y alegre. Éste dice a nuestro protagonista: "No quiero más batallas en el mar. El Rey paga mal, y después, si queda uno cojo o baldado, le dan las buenas noches, y si te he visto no me acuerdo.";  la palabra Rey viene en el libro así, con mayúscula inicial. Uno sonríe ante esta candidez, pero enseguida piensa en Carlos IV y se le queda helada la sonrisa. Y sigue el compañero de viaje de Gabriel: "El año pasado estuvo en Cádiz un capitán de navío que, no sabiendo cómo mantenerse y mantener a sus hijos, se puso a servir en una posada. Sus amigos le descubrieron, aunque él trataba de disimular su miseria y, por último, lograron sacarle de tan vil estado. Esto no pasa en ninguna nación del mundo." 

        Las relecturas de ciertos libros: El Lazarillo, El Quijote o éste del que se habla aquí, quitan tiempo de otras lecturas de libros que esperan pacientemente, pero merece la pena encontrarte con amigos que estaban durmiendo en la estantería.

          Así que ya tenemos película en tres partes:

          Una primera que es la toma de contacto de Gabriel moderno con Trafalgar en el museo Naval y en la cuesta Moyano. Enlazamos desde 2013, viendo al chaval leyendo ávidamente en su casa, hasta 1805, paseando por La Caleta de Cádiz ahora nuestro Gabriel histórico.
          La segunda parte de la peli imaginaria estaría basada en Galdós, lo que pasa en el libro es la columna vertebral, y se pueden añadir aspectos relacionados con recientes estudios sobre la batalla.
           Y la tercera parte sería el regreso al futuro desde 1805 a 2013. En la imagen de 1805 se ve a Gabrielillo durmiendo en Cádiz. La cámara hace zoom hasta verse sólo el rostro del niño, y cuando el zoom vuelve a mostrarnos el lugar dónde está durmiendo, se le ve ya en su casa del 2013. La escena final es en el Museo del Prado: el mismo profesor que les llevó al Naval, en el viaje de final de curso los lleva al de pintura. Y allí se verá a los alumnos observando el cuadro "Episodio de Trafalgar" de Francisco Sans Cabot. Esta sería nuestra película de Trafalgar.